28 nov 2007

LIBRO JUEGOS POPULARES DE ANTAÑO

Las nuevas formas de ocupar el tiempo libre y de ocio provoca que la gran variedad de juegos que se practicaban en nuestros pueblos se estén perdiendo y con ello el patrimonio cultural que supone los juegos populares y tradicionales.

En esta ocasión es valedero rescatar y destacar los famosos juegos populares de antaño que hacía que nuestras preocupaciones pasen inadvertidas por instantes, (años 1950-70). Siguen vivos en el recuerdo los juegos de la pelota de trapo, la rayuela, los trompos, el zumbambico, la cometas, el torneo de cintas, las escondidas, entre otros.

LOS BILLUSOS

Juego tan antiguo como el material utilizado. Estos “billusos” se obtenían o mejor dicho se hacían con la envoltura de las cajetillas que eran de papel de cigarrillos de aquel entonces como el Full, King, Chesterfield, Oasis, Lucky, que eran fáciles y manejables.

Se las conseguían regaladas en las tiendas y kioskos del barrio o del fumador de la familia. A veces por tenerlos en las manos, se sacaba de las envolturas, y lo escondían para no ser castigados por los mayores.

Cada una de estas marcas tenían colores y calidad diferentes que los hacíamos pasar por un determinado valor (5, 10, 20, 50 y 100 sucres) que venía a ser un dineral. Los propietarios de esos “billetes” se sentían tan ricos que pensaban por un momento en cosas grandes. Al final soñar no costaba nada.

Los billusos se los confeccionaba doblándolos en forma de billetes y para comenzar el juego se los depositaba dentro de un círculo (bomba) y con un poco de arena sobre estos para que no se vuelen con el viento y también para hacer más difícil el sacarlos.

Desde una distancia más o menos larga (10 a 15 pasos) se “tiraba” por cada jugador una ficha. Quién se acercaba más a la bomba era el primero en comenzar e iniciar el juego. A veces, el primero en comenzar era tan bueno que terminaba sacando todos los billusos dejándonos boquiabiertos y mal genios al resto de participantes que, para seguir jugando tenían que poner otros billusos en la bomba y repetir la secuencia.

Los bolsillos de los jugadores siempre andaban cargados de estos billetes. Solíamos llevar a la escuela y jugar en el recreo y luego de el. A veces pasábamos jugando hasta muy tarde y solo nos levantábamos con una “caricia” que nos daban nuestros padres con la correa en el trasero. Pero la ilusión de jugar nos hacía poco ese cuerazo.
La ficha que servía para sacar los billusos eran objetos metálicos (argollas, planchas) o a su vez un pedazo de teja vieja o piedra plana. Otro tipo de billusos, más a la moda, eran los pequeños billetes con colores e ilustraciones similares al papel moneda oficial (el sucre), pero con la advertencia de que no tenían valor comercial.

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